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Cuestionamientos después de Medellín la pobreza

Autor | Autores: 
Eduardo Hoornaert

Cuestionamientos después de Medellín: la pobreza.  Eduardo Hoornaert. 

Debe entenderse que un giro de la grandeza de Medellín en 1968 despierta ideas muy arraigadas en la tradición eclesial y fomenta cuestionamientos de fondo. Hoy, después de casi 50 años después de Medellín, aparecen más o menos explícitas y claras, algunas preguntas, de las cuales rescato tres: la comprensión de la pobreza; ritualismo, el sacerdocio.

En cuanto a la comprensión de la pobreza, hay que considerar que, a causa de largos siglos de falta de profundización en el tema, al menos en la Iglesia oficial, se pierde gradualmente la comprensión bíblica de la pobreza. La contundencia con que los profetas de Israel condenaron la riqueza casi no resuena en los textos de la tradición cristiana. Sólo dar algunos ejemplos:

Por eso, por haber pisoteado al pobre exigiéndole un tributo de grano, si construyen casas de piedras talladas, no las habitarán; si plantan viñas selectas, no beberán de su vino. Porque yo conozco sus muchos crímenes e innumerables pecados: oprimen al inocente, aceptan sobornos, atropellan a los pobres en el tribunal (Amós 5, 11-12).

¡Ay de los que decretan    leyes injustas,     de los notarios     que registran vejaciones,   que dejan sin defensa al desamparado    y niegan sus derechos    a los pobres de mi pueblo,    que hacen su presa de las viudas    y saquean a los huérfanos!   ¿Qué harán el día de la cuenta,     cuando la tormenta lejana    se eche encima?     ¿A quién acudirán buscando auxilio     y dónde depositarán su fortuna, (Isaías 10, 1-3).

Ay del que edifica su casa con injusticia, piso a piso, quebrantando el derecho!  Hace trabajar de balde a su prójimo sin pagarle el salario.(Jeremias 22, 13).  

Los profetas del antiguo Israel se preguntan por qué los pobres son una condición deplorable, y encuentran la respuesta: debido a los impuestos sobre el trigo, la concentración de la tierra y de la riqueza, un sistema judicial injusto, la explotación de las viudas y los huérfanos, la construcción de palacios a la par de las chozas de los pobres, la falta de pago de un salario justo. Este tono concreto y contundente suela hacer falta en los textos de los Padres de la Iglesia, que son los intelectuales del primer milenio de la tradición cristiana. Cipriano habla de limosnas, donaciones, fondos financieros para los pobres, la generosidad; Basilio escribe que la pobreza es el resultado del pecado y el cristiano tiene que dar lo que sobra a los pobres; Ambrosio y Crisóstomo escriben que pobre es el que no toca el "vil metal";    Agustín sostiene que el pobre es el que no desea tener nada y que la pobreza es una virtud, que nos redime del pecado. En general, las reflexiones de los Padres de la Iglesia pierden mucho en comparación con las de los profetas antiguos. No van al fondo de la cuestión de la pobreza, que es la injusticia, la explotación económica y social. Contrasta con los antiguos profetas de Israel como está claro en la frase Helder Cámara:

Cuando doy pan a los pobres, me llaman santo,   Cuando le pregunto por qué él es pobre, me llaman comunista.

Los profetas de Israel se preguntan de dónde viene la pobreza, los Padres de la Iglesia no. ¿De dónde viene esa falta en sus reflexiones? Hay un aspecto a considerar: los Padres de la Iglesia practican la llamada "lectura griega" de la Biblia, es decir, una lectura influenciada por la filosofía griega, en concreto por el pensamiento platónico. Estos padres, que escriben en lengua griega, traducen los términos hebreos "basar" y "nefesh", que definen la antropología bíblica por "cuerpo" y "alma". En la antropología bíblica, el término "basar" acentúa los aspectos frágiles, temporales y vulnerables del ser humano, sujeto a la enfermedad, el sufrimiento, la desgracia y la muerte, pero no un sentido negativo. El término "nefesh", por su parte, expresa el elemento dinámico de la persona humana. La mejor traducción de "nefesh" puede ser "vida" y la descripción del relacionamiento con Dios, "deseo". Estos términos son un binomio, es decir, deben entenderse de una manera correlativa, ya que expresan dinámicas del ser humano que funcionan en conjunto. La antropología platónica, por el contrario, ofrece un fuerte contraste entre el "cuerpo" (parte inferior) y 'alma' (superior). Las traducciones griegas de la Biblia (usados ​​por los Padres de la Iglesia y más tarde por los teólogos) traducen el término hebreo 'nefesh "por" psuchè', así como en la Vulgata (traducción latina) se traduce como 'anima' y lenguas modernas de 'alma, âme , soul, Seele '. El resultado es que el término adquiere un sentido platónico. Introduce una visión dualista del ser humano, que ahora se presenta como un compuesto de cuerpo (elemento negativo) y alma (elemento positivo). De este modo se instala una confusión de larga duración en la tradición de Jesús. Aparecen temas como 'la abyección de la carne "(es decir: el abandono de los asuntos sociales),' elevación del alma ',' comunicación del alma con Dios ', es decir, la" espiritualidad "se entiende, en contraposición a la« materialidad ». Se desvaloriza la información que proviene de los cinco sentidos del cuerpo y se habla de "mortificación" de estos sentidos corporales, o en 'el desprecio del mundo' ('contemptus mundi'). En esta línea, la pobreza se interpreta como algo que afecta al cuerpo, no el alma. Se dice que el pobre cristiano es pobre en el cuerpo, pero rica en el alma.

Aquí se percibe la importancia de Medellín. El tema de la "opción por los pobres", tarde o temprano conduce al redescubrimiento del significado bíblico de la pobreza. La lectura de la Biblia acerca de la pobreza significa un retorno a los profetas bíblicos, que afirman que el cuerpo pobre en sí mismo (sin consideraciones morales), es un escándalo para Dios, una situación intolerable, tal como aparece en el libro de Job, el profeta Sofonías y muchos otros profetas. No hay dualismo "cuerpo-alma 'en la teología bíblica. En la Biblia no hay como decir que la persona es "pobre en el cuerpo y en el alma rica ',' pobre en dinero y rica en Dios". La pobreza de los cuerpos es la más clara negación de Dios en nuestras sociedades.

Original en Portugués:  http://eduardohoornaert.blogspot.com/

(traducción: Luis Van de Velde)

 

 

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